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1. |
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Nos habían suicidado
los errores del pasado,
corazón...
y latías -rama seca-
como late en la muñeca
mi reloj.
Y gritábamos unidos
lo terrible del olvido sin razón,
con la muda voz del yeso,
sin la gracia de otro beso
ni la suerte de otro error.
Y anduvimos sin auroras
suicidados... pero ahora,
por milagro, regreso.
Y otra vez, corazón, te han herido...
Pero amar es vivir otra vez.
Y hoy he visto que en los árboles hay nidos
y noté que en mi ventana hay un clavel.
¡Para qué recordar las tristezas!
¡Presentir y dudar, para qué!
Si es amor, corazón, y regresa,
hay que darse el amor como ayer.
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2. |
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Con el funyi tirao sobre un ojo
y un amago de tango al andar,
sin apuro, sobrando de reojo,
el último guapo vendrá al arrabal.
Entrará por la calle angostita
y al pasar frente al viejo portón
silbará pa' que vuelva a la cita
la piba que es dueña de su corazón.
El farolito perdido,
el callejón sin salida
y el conventillo florido
saldrán del olvido
de nuevo a la vida.
El almacén de los curdas,
la luna sobre un puñal,
una caricia y un beso
serán el regreso
del viejo arrabal.
Con un fueye que es puro rezongo
y dos violas cinchando al costao,
otra vez, del antiguo bailongo
el último guapo será el envidiao.
Jugará con desprecio su vida
por el sol de un florido percal
y se irá, sin llevar ni una herida,
el último guapo, del viejo arrabal.
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3. |
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Nació de ti...
buscando una canción que nos uniera,
y hoy sé que es cruel brutal -quizá-
el castigo que te doy.
Sin palabras
esta música va a herirte,
dondequiera que la escuche tu traición...
La noche más absurda, el día más triste.
Cuando estés riendo, o cuando llore tu ilusión.
Perdóname si es Dios,
quien quiso castigarte al fin...
Si hay llantos que pueden perseguir así,
si estas notas que nacieron por tu amor,
al final son un cilicio que abre heridas de una historia...
¡Son suplicios, son memorias...
fantoche herido, mi dolor, se alzará, cada vez,
que oigas esta canción!...
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4. |
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La copa de alcohol hasta el final
y en el final tu niebla, bodegón...
Monótono y fatal
me envuelve el acordeón
con un vapor de tango que me hace mal...
¡A ver, mujer! Repite tu canción
con esa voz gangosa de metal,
que tiene olor a ron
tu bata de percal
y tiene gusto a miel
tu corazón...
Una canción
que me mate la tristeza,
que me duerma, que me aturda
y en el frío de esta mesa
vos y yo: los dos en curda...
Los dos en curda
y en la pena sensiblera
que me da la borrachera
yo te pido, cariñito,
que me cantes como antes,
despacito, despacito,
tu canción una vez más...
La dura desventura de los dos
nos lleva al mismo rumbo, siempre igual,
y es loco vendaval
el viento de tu voz
que silba la tortura del final...
¡A ver, mujer! Un poco más de ron
y ciérrate la bata de percal
que vi tu corazón
desnudo en el cristal,
temblando al escuchar
esa canción...
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released December 11, 2017
Orquesta Típica Villa Urquiza:
Piano: Cecilia Bienati. Contrabajo: Leandro Rudak. Violines: Ezequiel Blanco, Fernando Leider, Marcos Brandalisio. Viola: Diego Fagalde Fernández. Cello: Tamara Abraham. Bandoneones: Nehuén Lassus, Maximiliano Mango, Gonzalo Santos, Nicolas Ávila. Voz: Martín Prestía.